Duelos

Comprendiendo las fases del duelo: ¿cómo afrontar una pérdida?

El duelo es una emoción compleja pero natural y necesaria cuándo ocurre una pérdida en nuestra vida, no hay por qué considerarlo anormal de entrada, siempre que se viva de una forma sana.

Nuestra respuesta a la pérdida puede ser impredecible;  hay muchas maneras de afrontar la pérdida, por ello comprender las fases del duelo puede ser una herramienta útil para vivir la experiencia del proceso, comprendiendo lo que es normal y lo que no y, en consecuencia, afrontarlo de la mejor forma posible. .

En este artículo me referiré siempre al duelo por la pérdida de un ser querido, sin embargo es importante que tomes en cuenta que la experiencia de duelo la podemos vivir no solo ante la pérdida física de un ser querido sino ante cualquier pérdida en general; como un trabajo, una pareja, una amistad, un objeto, el país de nacimiento durante la inmigración o una mascota, es decir, cualquier cambio radical en nuestra vida produce un duelo y, por tanto, todo lo que expongo en este escrito es aplicable a cualquier situación. 

Fases del duelo

Son varios los teóricos que han escrito sobre el duelo, unos los describen cómo un estado en que intentan explicar lo que ocurre y otros lo describen cómo un proceso, siendo la  última perspectiva la más aceptada, sin dejar de lado que cada persona vive el duelo de una forma única y que no todos vivimos todas las fases o en la misma secuencia. (PDF) Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento (researchgate.net).

A continuación se describen las etapas del duelo, que si bien pueden vivirse en un orden totalmente distinto al expuesto en este artículo o presentarse de forma simultánea, sirven de orientación para poner nombre a ese gran cocktail de emociones que se viven en un duelo: 

Aturdimiento o choque con la realidad

Se espera que la persona en duelo experimente inicialmente una gran sensación inicial de incredulidad,  confusión o  aturdimiento mental, que no son más que una defensa ante el sufrimiento que impacta la psique que le permite reprimir, suprimir o evadir el sufrimiento que causa la situación a la persona.

También es habitual que la persona conecte con el dolor de forma alterna con la evitación. Todo esto es producto de lo traumático de la pérdida y es normal vivirlo de una forma fluída.

Negación

Se añade esta experiencia a la evitación, una vez pasada la experiencia de aturdimiento.

En esta fase la persona niega o minimiza los hechos o la importancia del mismo, aunque también puede mantenerse activa en el sufrimiento experimentado la ira e intentando  manejar la situación o experimentar una culpa excesiva  que le haga entrar en una espiral de pensamientos nocivos. 

La tolerancia al dolor es una buena aliada en esta fase,  es importante darse tiempo y espacio para procesar la realidad de la pérdida.  

Conexión e integración

Ante la realidad innegable de la pérdida, la persona vive una etapa de que si bien hace que se conecte realmente con la ausencia, experimentando ira, rabia o una gran tristeza, también es parte del proceso  adentrarse en el dolor, solamente así la psique logra integrar lo que sucedió.

Es natural que con el tiempo la persona vaya aceptando la ausencia y empiece a negociar con sí misma y a cómo sobrellevarlo con el menor sufrimiento posible.

En esta etapa la persona suele  ir aceptando la ausencia mediante un recuerdo que alivia de alguna forma el dolor, visitando lugares  asociados al ser querido, hablando de la relación de tuvo con la persona,  viendo sus fotos, etc.

Es importante que en esta etapa la persona pueda conectar con la pérdida, reconocer las emociones y  permitirse expresarlas de forma saludable,  tener presente que la pérdida no puede deshacerse y permitirse procesar las emociones sin juzgarlas, de esta forma la psique va integrando la pérdida de una forma menos dolorosa con el tiempo. 

Crecimiento y transformación

Una vez integrada la ausencia en la vida de la persona, se abre paso esta etapa,  permitiendo que su mundo interno se reorganice en relación al ser querido ausente, con sí  misma y con  su vida en general.

Normalmente se supera la culpa, la ira, el miedo y la tristeza permanente y la persona puede seguir su vida con naturalidad recordando al ser ausente sin un dolor profundo.  Esta etapa permite dar cuenta de lo inevitable de la muerte y la necesaria renovación y transformación de los seres humanos.

¿Cómo diferenciar un duelo normal de uno complicado? 

Un duelo se convierte en patológico cuando existe alguna fijación temporal en  alguna de las fases que expuse anteriormente.

Si la fijación ocurre en la fase de aturdimiento y shock, se produce una especie de congelamiento emocional que daría lugar a la aparición  de un duelo con característica similares al Trastorno por Estrés Postraumático, haciendo que la persona experimente flash back relacionados con el momento de la noticia, por ejemplo. 

Si la fijación ocurre en la etapa  de  Negación,  no se observan signos o síntomas visibles del duelo, por lo que se estaría desarrollando un duelo evitativo o negado por la propia persona. 

Cuando la fijación ocurre en la fase de Conexión, estaríamos frente a un duelo crónico, en el que la persona está durante un largo tiempo y con mucha frecuencia en un estado emocional negativo. 

Finalmente, hay personas que no se quedan fijadas en ninguna fase específica sino que  pasan directamente a la fase de conexión-integración y otras que pasan a la fase de evitación/negación, para posteriormente  llegar  a la conexión/integración. 

¿Todos tenemos el mismo riesgo de vivir un duelo complicado?

La respuesta es no. Las personas o situaciones que entrañan mayor riesgo de desarrollar un duelo crónico o complicado son:  

  • Personas muy jóvenes o de edad avanzada. 
  • Antecedentes de haber afrontado de forma depresiva otras pérdidas. 
  • Tener una enfermedad física o psíquica anterior a la pérdida. 
  • La muerte es repentina o por suicidio.  
  • Si la persona que fallece padecía una enfermedad de larga data o de muy corto tiempo. 
  • Muerte incierta o no poder visualizar a la persona una vez fallecida. 
  • Si la persona que fallece portaba una enfermedad donde no había control adecuado de síntomas y el sufrimiento del familiar terminal es muy grande.
  • Falta de disponibilidad de apoyo familiar y social. 
  • Bajo o inadecuado nivel de comunicación con familiares y amigos. 
  • Poca posibilidad de expresar la pena o dificultad para hacerlo. 
  • Duelos previos no resueltos o que hayan ocurrido hace poco. 
  • Pérdidas múltiples de forma simultánea. 
  • Estar viviendo otras crisis vitales importantes.

De igual forma, hay personas y situaciones que pueden ser buenas pronosticadoras de un duelo normal, estas son:  

  • Tener  fluidez comunicativa y saber expresar lo que se siente. 
  • Tener una percepción adecuada de  autoeficacia. 
  • Sentir que hizo todo lo posible y necesario por el bienestar de la persona fallecida.
  • Tener habilidad  para  la planificación  y  resolución  de  problemas. 
  • Poseer flexibilidad   mental. 
  • Fomento del  autocuidado. 
  • Capacidad resiliente y de encontrar un sentido a la experiencia.
  • Tener situaciones o rasgos de personalidad contrarios a los factores de riesgo antes citados. 

¿Cómo afrontar un duelo?

Realmente no hay ninguna fórmula magistral para sobrellevar un duelo de forma eficaz, ya que dependerá de muchos factores, sin embargo es importante tener siempre presente lo siguiente:

  • Respetar el tiempo que la psique necesite para elaborar el duelo. Más adelante detallaré cómo diferenciar un duelo normal de uno patológico.
  • Permitirse sentir el dolor que acarrea la pérdida, asumiendo que la experiencia de duelo forma parte de la vida, para luego integrar la misma en la vida de la persona y seguir adelante. 
  • Mantener comunicación con los seres queridos significativos ayuda a compensar la pérdida sabiéndose acompañado. 
  • Practicar actividades de relajación o ejercicio.  
  • Procurar tener un sueño reparador. 
  • Evitar consumir alcohol o cualquier tipo de droga durante el proceso de duelo, sobre todo en las etapas tempranas. 
  • Dejar de lado expresiones o pensamientos de tipo: “ hay que apretar los dientes y aguantarse”, “pedir ayuda es para débiles”, “ el tiempo todo lo cura” ,” tienes que dejarlo ir para ser feliz”, “si no lloras lo suficiente o vistes de negro era porque no le querías tanto como dices”, etc. Nadie puede decirnos cómo sobrellevar el duelo ni cuánto amor sentimos por la persona que ya no vive.
  • Buscar ayuda psicoterapéutica si hay factores de riesgo presentes en la situación del fallecimiento y/o del doliente o  si la persona desea sobrellevar la pérdida con el menor coste emocional posible y en compañía terapéutica. 

Recursos de apoyo durante el proceso de duelo:

Además de la psicoterapia, existen grupos  y asociaciones que apoyan a personas en proceso de duelo, entre esas están:

Bidegin. Servicio de Apoyo al Duelo y Enfermedad Grave Avanzada: es una asociación sin ánimo de lucro que ayuda a la persona y sus familiares en duelo o que afronten una enfermedad grave avanzada. Inicio | Bidegin (bideginduelo.org)

Asociación Alhelí: ofrece un acompañamiento durante todo el proceso de duelo.  https://asociacionalheli.org/

ALAIA- Centro de Atención al Duelo: dedicado al apoyo emocional y psicológico de las  personas en duelo. ALAIA DUELO – CENTRO DE ATENCIÓN AL DUELO (alaia-duelo.com)

Bezarkada Abrazo. Asociación de Personas Afectadas por el Suicidio de un Ser Querido: Ofrecen apoyo y recursos a todas las personas afectadas por el suicidio de un ser amado.besarkada-abrazo – Asociación de personas afectadas por el suicidio de un ser querido

Biziraun. Asociación de personas afectadas por el suicidio de un ser querido: son un grupo de personas que luego de haber sufrido la pérdida de un ser querido por suicidio, brindan ayuda y apoyo a las personas que pasan por ello. Acerca de nosotros | Biziraun | Asociación de personas afectadas por el suicidio de un ser querido

The Dougy Center for Grieving Children and Families: ofrece recursos para quienes sufren la pérdida de un ser querido. The Dougy Center for Grieving Children & Families | Portland, OR

Conclusión:

La pérdida es una experiencia difícil, realmente existen tantas formas de llevar un duelo como tantas personas existen, sin embargo existen patrones que nos ayudan a identificar lo que sucede en esta situación tan convulsa desde todo punto de vista y formas de afrontarlo. Es asombrosa la diversidad de formas en que se vive la experiencia del duelo, pero lo importante es vivirlo de una forma adecuada para que no se haga más difícil de sanar.  

El duelo es un proceso y es importante tomarse el tiempo necesario para procesar las emociones asociadas a la pérdida. Está bien buscar apoyo psicoterapéutico más allá de cualquier causa o razón.

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